«Fue la mano de Dios» revitaliza el cine italiano

El último film de Paolo Sorrentino ha cosechado elogios de la crítica en todas partes del mundo. Una historia que, a diferencia de lo que la referencia en el título al futbolista Diego Maradona sugiere, trata sobre la infancia y adolescencia del propio director en Nápoles y transporta a los espectadores a momentos íntimos de su vida con la mirada única que caracteriza a toda su obra.

La película compitió en la edición número 78 del Festival de Venecia, donde obtuvo el Gran Premio del Jurado, y se lanzó durante un breve período en cines. Su estreno global tuvo lugar a través de la plataforma Netflix, dueña de los derechos de distribución del film, y la recepción de la prensa especializada le valió una nominación a los Óscar como mejor película en lengua extranjera.

Actuaciones de primer nivel

Filippo Scotti, quien interpreta a un joven Fabietto (alter ego de Sorrentino), brinda una demostración magistral de calidad actoral en su segunda gran participación en un film. Su química junto a maestros del cine italiano como Toni Servillo logra llevar a la audiencia a una vibrante Nápoles de los años ’80, conmocionada a todos los niveles por la llegada del astro del fútbol argentino, Diego Maradona.

Su versatilidad para expresar los altos y bajos de la adolescencia, además de la crudeza con la que transmite las tragedias de la familia Schisa en la película, lo llevaron a recibir el galardón Marcello Mastroianni como mejor actor emergente durante la Bienal de Venecia.

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